Dios en los pequeños comienzos

En un mundo que celebra lo grande, lo inmediato y lo visible, es fácil menospreciar los comienzos humildes. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que Dios no piensa como nosotros. Zacarías 4:10 nos exhorta a no subestimar el “día de las pequeñeces”, porque es precisamente en lo pequeño donde Dios suele iniciar sus grandes propósitos.

David cuidaba ovejas cuando fue llamado; José pasó por una cisterna antes de llegar al palacio; y Jesús nació en un humilde pesebre. Dios no necesita escenarios grandiosos, sino corazones dispuestos. Muchas mujeres que hoy inspiran comenzaron sirviendo en lo oculto, sin recursos ni reconocimiento, pero con fe y obediencia.

Los pequeños comienzos son oportunidades divinas para crecer en carácter, confiar en el proceso y desarrollar una fe firme. Aunque lo que hagas hoy parezca insignificante, en las manos de Dios tiene propósito eterno. Cada paso cuenta y cada siembra, por más discreta, dará fruto a su tiempo.

No te desanimes si estás empezando. Dios ve lo que nadie ve y se glorifica en lo que otros ignoran. Confía en que Él está obrando en tu proceso y recuerda: los grandes planes del Cielo a menudo comienzan en tierra sencilla.